Reseña de la serie Gotham de Warner Brothers
En español, Gótica se refiere a un tipo de novela en donde lo ominoso es la regla. En dichas historias, jóvenes inocentes son pasto de monstruos infernales, nobles endemoniados, monjes lujuriosos o fantasmas enfurecidos. Sus escenarios son cárceles, castillos lóbregos y ruinas que nadie quiere visitar. En resumen, lo gótico en la literatura condensa las pesadillas más oscuras de la mente humana.
Ciudad Gótica es también el nombre que los traductores le dieron a la urbe en donde Batman combatía a sus enemigos, aunque en realidad, Gotham –el nombre original en ingles–, se refiera más a un juego de palabras que significa “Ciudad Maldita”. Imaginada por Bob Kane, Gotham es el escenario en donde los horrores modernos asechan a sus víctimas; sin embargo, no son estos entes sobrenaturales, sino seres humanos poseídos por otro tipo de demonios: locura, ansia de sangre, sed de poder, ambición, violencia por la violencia. Estos nuevos monstruos son más aterradores en la medida en que se parecen más a nosotros.
GOTHAM, la nueva serie de Warner Brother, producida por Scott White y que ya va en su segunda temporada, narra los inicios de la carrera policial de James Gordon (un correcto Ben Mckenzie) justo en el momento en el que Martha y Thomas Wayne, millonarios de la ciudad, son asesinados frente a su hijo. Bruce Wayne (David Mazouz), quien con el tiempo se convertirá en Batman, entabla una extraña amistad con el joven policía que será el motor dramático más importante de la serie.
Esta nueva interpretación –propiamente, una precuela–, del origen de uno de los superhéroes más famosos de la DC está basada en varias de las sagas más importantes del murciélago, destacando Gotham Central. En ella hacen su primera aparición la mayoría de los personajes que conforman la mitología del personaje: Harvey Bullock (Donald Louge), el policía corrupto que se redime ante el ejemplo del incorruptible Gordon; Renee Montoya (Victoria Cartagena), la investigadora de Asuntos Internos que acosa al futuro comisionado debido a que este tiene una relación con Bárbara Kean (Erin Richards), su antigua amante; Alfred Pennyworth (Sean Pertwee) quien al mismo tiempo funge como maestro y sirviente del joven millonario. Cada uno de los personajes está tratado con respeto a su esencia –aunque con evidentes cambios en su construcción original con el fin de que pudieran ser coherentes con esta nueva historia–, y tejidos con sutileza, haciéndolos entes complejos y llenos de matices.
Sin embargo, en donde la historia de Gotham alcanza sus mejores momentos es en el retrato de los villanos, esos que hacen de la ciudad la más violenta del mundo. Los guionistas de la serie acertaron al preferir abordar a algunos de los oponentes secundarios del murciélago, despojándolos de cualquier rastro de chabacanería para convertirlos en peligros auténticos. Robin Lord Taylor interpreta a un Oswald Cobblepot –el futuro Pingüino–, que con inteligencia y crueldad logra escalar hasta la cima de crimen organizado; Cory Michel Smith es Edward Nygma, forense de la policía y amante de las adivinanzas que con el tiempo transmuta en un temible psicópata; John Doman es Carmine Falcone, el capo mayor de la ciudad, quien es retratado como un real factor de poder político que lo mismo puede ser magnánimo que terrible; por último, Jada Pinkett Smith interpreta a Fish Mooney, subalterna de Falcone, quien intentará arrebatarle a sangre y fuego. Aparecen también, aunque menos desarrollados argumentalmente, una muy joven Poison Ivy (Clarie Foley) y Nichloas D´Agosto como un Harvey Dent al que le faltan años para ser desfigurado. Por último Catwoman, interpretada por la bella Carmen Bicondova, aparece en sus épocas de delincuente juvenil haciendo amistad –y algo más– con el prepúber Bruce Wayne.
En resumen, aunque muchos fanáticos del Caballero de la Noche encontrarán numerosas incongruencias entre la historia de Gotham y la mitología original de Batman, la serie es una magnifica interpretación en clave noir de una serie de personajes y lugares que ya son parte del acervo icónico de la humanidad.