El productor de música house, Larry Heard, habló de una “música para ser escuchada en la vida diaria”. ¿Es la música ambient un escape o una entrada a la realidad caótica de nuestro tiempo?
La música es considerada una actividad emotiva, cultural, incluso sagrada. ¿Cómo cambia la “esencia” de la música cuando ya no se necesitan humanos para crearla?
En lo personal, no pienso en la música como una actividad exclusivamente humana. Yo reconozco la hechura de sonido de otras especies, máquinas, espacios, fenómenos y objetos como un tipo de música. Eso tiene probablemente una
Hablando musicalmente, ¿se puede decir que vivimos en una era intensamente dirigida por nuestros sentidos aunque vivimos la mayor parte de nuestra cotidianidad a través de las pantallas de nuestros smartphones?
Nuestros sentidos siempre han creado lo que llamamos “realidad”. Eso no es tan diferente ahora que estamos tan conectados con la tecnología inteligente y las pantallas, que como lo fue para las culturas ya desaparecidas que operaron en una red de impresiones sensoriales y mitos. Quizá es una cuestión de significado. ¿Es la música contemporánea principalmente sobre el sexo y el dinero, con mera existencia en un mundo de transacciones financieras y entretenimiento? Podrías argumentar que la música actual exige menos potencial sensorial, no más. La semana pasada hablé con el manager de Björk y me contaba de la cantidad de esfuerzo y agonía que ella ha puesto en el sonido de su nuevo álbum, cambiando constantemente cosas según lo que sintiera cuando escuchaba en diferentes sistemas de bocinas. Pero como él señalaba, mucha gente ahora escucha la música grabada en las bocinas diminutos de sus teléfonos, ni siquiera en sus audífonos, así que todos los que somos devotos del extremo cuidado y la atención a los detalles en una mezcla y su amplitud sonora estamos perdiendo nuestro tiempo. Aunque, claro, eso no significa que no valga la pena hacerlo.
¿Adónde se dirige el gusto musical de nuestros días? ¿Cómo se relaciona la experiencia solitaria de la playlist individual con la experiencia social y atmosférica de los megaconciertos y los festivales?
En la actualidad, ¿cómo comprendes la antigua y erosionada división entre intérprete y público? ¿Se han vuelto las audiencias más poderosas que los músicos?
En mi propio trabajo intento no pensar en términos de intérprete y audiencia, prefiero enmarcarlos en una relación de oyentes que simplemente escuchan de diferentes maneras. No hay duda de que la convergencia del neoliberalismo, las computadoras interconectadas y las apps interactivas ha cambiado la balanza de poder de lo que algunos llamarían “la audiencia” y otros llamarían “el consumidor”. En algunos casos puede ser una fuerza para bien, pero si se trata de que las decisiones se basan puramente en el dominio estadístico de gustos céntricos, entonces podemos olvidarnos de la innovación. Una de las cosas que caracteriza la vida contemporánea en lo político, lo cultural y lo económico es su volatilidad. Sabemos que todo lo que pensamos un martes pudo haber cambiado el viernes. Hay muchísimas variables que se involucran en algo tan complicado como la producción y distribución de música para ser determinado enteramente por un gusto público único y monolítico, abandonado a las presunciones salvajes de un algoritmo ideado por una persona inmadura localizada en la Costa oeste de Estados Unidos.
Aunque la gente ha dejado de comprar cedés y descarga sus propias listas, aunque los DJs ahora son considerados artistas, los conciertos siguen abarrotados y los fans se involucran con las redes sociales de sus intérpretes favoritos. ¿Cuál es el rol simbólico actual de los intérpretes y músicos en vivo?
Son un recordatorio constante de la materialidad de la vida. Tenemos que lidiar con eso todo el tiempo: comida, bebida, suciedad, jabón, muebles, puertas, aire contaminado, autos, pantallas rotas de smartphones, otros seres. Hay una identificación muy fuerte al mirar a los músicos tratando con los materiales en bruto de la música. En su mejor versión puede haber un drama en todo ello, mucho riesgo, y entonces se siente como un mundo más cercano al jabón o a la comida que a la existencia flotante de la vida en línea.
Hablando de la música disco, escribes en Océano de sonido que las canciones se “descompusieron”, se remendaron y se volvieron líquidas; y que los músicos se volvieron técnicos. ¿Volveremos a criar y escuchar músicos virtuosos?
No diría que las canciones disco se “descompusieron”, sólo que su estructura era diferente en forma y duración a la estructura rígida del verso-coro-puente musical-verso-coro de las canciones de pop convencionales. Parece haber más músicos virtuosos ahora que antes. Si te fijas en YouTube es imposible evadir a músicos con técnica prodigiosa en todos los campos de la música. El problema es que la mayoría de ellos no tienen nada más, sólo es técnica por amor a la
¿La división de “música para escuchar”, “música para cantar” y “música para bailar sigue siendo relevante en nuestros días?
Desde el punto de vista de los etnomusicólogos, la mayoría de las culturas tienen categorías similares de actividad musical. En 1978 grabé chamanismo yanomami y música ritual en el Amazonas, al sur de Venezuela. Uno de los aspectos de la cultura yanomami que me fascinaron fue la casi total ausencia de instrumentos musicales. Eso es muy inusual. Creo que también es verdad decir que tienen muy poca música, aunque el sonido y la audición son importantes en sus vidas. La manera como trabajan con el sonido mediante coros, cantos y otros sonidos vocales se debe a preocupaciones cosmológicas y míticas, a rituales de caza, ocasiones sociales y canciones sobre el clima. Así que ellos escuchan, cantan y danzan, pero no como entretenimiento. Quizá las cosas están cambiando en las ciudades del mundo, o lejos de las selvas. Alguien como Frank Ocean hace música para escuchar, música para cantar y música para bailar al mismo tiempo. ¿Cuál es cuál? Hay muchas maneras de definir “escuchar”, “cantar” y “bailar” y todas ellas se conectan.
David Toop, Océano de sonido, Caja Negra Editora. 2016.