¿Qué es escribir? ¿Cómo se hace? ¿Hay recetas, secretos, hábitos? Los 7 hábitos de las escritoras altamente efectivas es una posible respuesta a estas preguntas. Además, nos ofrecen la visión particular de cada creador, sus manías, acciones y costumbres. Hoy le toca a la escritora mexicana Bibiana Camacho:
Mis siete hábitos mutantes
Me resulta muy difícil desprenderme del caos cotidiano y citadino cuando al fin llego a casa y quiero ponerme a escribir. Además muchas veces tengo que llegar a trabajar otras cuestiones que no tienen nada que ver con mi trabajo personal. A últimas fechas solo escribo a mano. Tengo una libreta reservada para anotaciones y citas de libros y otra en la que estoy escribiendo una novela, por el momento la computadora está reservada para la chamba y para cuentos.
En este momento los siguientes son los siete hábitos de escritura que se me vienen a la mente, porque en realidad siempre cambian, son hábitos mutantes y caprichosos.
1. Cada que veo una escena que me emociona, escucho una conversación a la cual le noto algo peculiar u observo algo que se sale de lo “normal” hago una anotación mental y luego la traslado a la libreta que siempre cargo.
2. En el proceso de escritura de esta novela que traigo entre manos, procuro no leer nada de lo ya escrito, ya lo hare después, no sé precisamente en qué momento, si cuando logre un primer borrador o antes. Pero por el momento nada.
3. Cuando paso a la computadora un argumento de cuento, porque esos sí los escribo directo sobre la pantalla, me gusta hacerlo de noche con las ventanas de mi estudio y del pasillo abiertas para escuchar los ruidos nocturnos. Entre más noche, mejor.
4. Mis personajes siempre tienen características físicas y psíquicas muy bien definidas, a veces los busco en la calle entre la multitud, segura de que existen. Aunque cuando las plasmo en el papel no necesariamente hablo de todas esas características, sí necesito tenerlas en mi cabeza para ponerlos a interactuar en la narración.
5. Con frecuencia, luego de varios minutos escribiendo, necesito pararme caminar un poco, saltar, estirarme, hacer algo físico o simplemente asomarme a la azotea a ver si la luna es visible o atisbo alguna estrella, luego puedo continuar con mayor ligereza.
6. Una vez que estoy inmersa en una narración, procuro que nada ni nadie me interrumpa, porque me cortan el ritmo y la continuidad; y me puedo poner muy pero muy de malas.Un vino tinto siempre es la mejor compañía para escribir; a sorbos pequeños, pero continuos, a veces una botella no es suficiente.
Bibiana Camacho (Ciudad de México, 1974) es ex bailarina, editora, traductora y encuadernadora artesanal. Ha colaborado en medios impresos como Día Siete, La Tempestad, El Puro Cuento, Generación, Replicante, Laberinto, entre otros. Fue becaria del Programa Jóvenes Creadores del Fonca, generación 2008-2009, y miembro del Sistema Nacional de Creadores del Arte desde 2012. Obtuvo una mención honorífica en el concurso nacional de Primera Novela Juan Rulfo convocado por el INBA en 2007 por Tras las huellas de mi olvido (Almadía, 2010) y con esta novela fue finalista del Premio Antonin Artaud 2010. Publicó la colección de cuentos Tu ropa en mi armario (2010). Cuentos suyos están incluidos en las antologías Ciudad fantasma (Almadía) y Avisos clasificados, ambas aparecidas en 2013. Su novela más reciente es Lobo (Almadía, 2017). (Fuente: Almadía)