Adam es un sumiso príncipe que usa colores afeminados, y tiene una homosexualidad evidente pero no declarada, algo muy común entre las noblezas y cotos de poder antiguos. Es el heredero de Eternia, reino gobernado por el rey Randor; siempre asediado por el poder maligno de Skeletor, un antagonista simpático que siempre la caga porque está rodeado de un ejército de pusilánimes.
Adam, a pesar de ser un coloso, es un cobarde, al igual que su mascota, un tigre de Bengala (Cringer) que es más miedoso que un canario. Sicológicamente el Príncipe es un sadomasoquista, zoofílico y homosexual de clóset.
Todos los episodios eran predecibles. En cuanto sacaba su “espada-falo” desmadraba a todo lo que estuviera a su paso. Lo curioso era que nadie se percataba de que Adam y He-Man eran la misma persona, a pesar de que eran idénticos, sólo cambiaba el vestuario.
Adam vestía una camisa rosa y unas mallas violetas, cuando se convertía en He-Man sólo vestía una trusa anaranjada y una especie de carrilleras metálicas y cruzadas (vestimenta sado), además de que lucía un bronceado artificial, como si fuera a competir en algún concurso de fisicoculturismo (a la usanza de los mirreyes y metrosexuales actuales).
Cuando eres un morro desocupado soportabas este tipo de caricaturas erotizadas y llenas de mensajes sexualizados. La neta es que no era atractivo ver a homosexuales musculosos, con cuerpos deformes llenos de esteroides y con cirugías plásticas, de otra forma no podría entenderse los cuerpos descomunales de dichos personajes, pero no existía el cable y los buenos libros llegaron tarde.
También tenía su parte mística, era la más rescatable, sólo por la hechicera. Orko era un maguito no menos pendejo que todos los demás participantes, siempre hacía trucos equivocados y para variar huía de la violencia.
Recuerdo que al menos en México el doblaje era con un español muy correcto y puritano, las voces eran muy impostadas. A la usanza de las caricaturas de la época, —ahora me viene a la mente Los Halcones Galácticos— al final tenía una cápsula donde te deban un mensaje o consejo moral; lo chingón aquí era cuando Teela o Sorceress salían a cuadro paseando en su bikini, lo culero era que casi siempre el Orko o He-Man daban la moraleja.
Si se analizan otros personajes, se puede ver que la mayoría tiene un mensaje freudiano. Por ejemplo Meckaneck, quien es una especie de robot bien mamado pero que tiene la ventaja de tener un cuello que se estira, con el único fin de ver más allá, un periscopio humano. La Bestia es un costal al que todos le pegan, sería un miembro de los osos gays y hasta usaba un látigo.
Después de analizar la palabra Grayskull, entender que era un nombre descriptivo de la casa de He-Man —un castillo en forma de cráneo y gris—, creo que era un grito de liberación y empoderamiento de una comunidad que pronto se liberaría a finales de los años noventa. Grayskull suena muy parecido a Gay is cool, lo cual quiere decir “gay es genial” y usando un poco de sinécdoque, el mensaje principal de la caricatura sería: Ser gay es genial.