VHS

ATRAPADOS POR EL ROCK, UN TRIP DE LOS OCHENTA

Era una época en la que no había rockstars en México, los años ochenta. ¿Podría entonces una chava renunciar a su buena posición económica y social, para pasar su vida al lado del guitarrista de una banda sin presente ni futuro? ¿Para siempre? Ése es el dilema de la historia en Deveras me atrapaste (Gerardo Pardo, 1983).

Basada en un cuento de René Avilés Fabila, el dilema planteado responde necesariamente con un grito: ¡SÍ! Pero eso no exenta de dramatismo a la película. La decisión no es fácil. Aída y El Humo parecen predestinados por algún designio del más allá a permanecer juntos sin importar sus diferencias.

Filmada en 1983, atrás, hacía mucho, habían quedado los héroes de Avándaro, así como los grupos y solistas que lograron éxito en televisión y cine por su vertiente amablemente comercial; y todavía no llegaba la nueva ola comercial del rock en tu idioma.

Pero no nos confundamos. Deveras me atrapaste no es una película de hoyos fonquis para metaleros y punketos lumpen; no es el paisaje poblacional de las tocadas del TRI o de la película ¿Cómo ves? (Paul Leduc, 1986). Más bien retrata a una juventud clasemediera para la cual las tocadas no eran muy distintas de fiestas en casas particulares y que halló en Rockotitlán o el Lucc los pocos espacios para su expresión.

Para Aída el rock no era importante, sino una coyuntura. Conoció a El Humo por unos amigos en común, los cuales fueron su puerta de escape para poder demostrarse que podía vivir lejos de papá y mamá sin su ayuda, probar que podía ser libre y a su modo.

Pero cuando se halla a sí misma, se descubre conservadora. Quiere llevar a su novio a presentar con sus papás, a que le resuelvan la vida con un empleo cómodo y seguro, y, por supuesto, que se casen. “¿Entonces nunca te vas a establecer ni vas a trabajar? —le pregunta a modo de ultimátum— ¿Te vas a quedar así toda la vida?… ¿Si no voy a llegar a nada contigo, qué caso tiene seguir?”

Ser un músico de rock no era un trabajo; sino algo semejante a la vagancia o la malvivencia; pero era una vocación, la más honesta de todas. El dilema también puede verse a la inversa: ¿renunciarías a una chava guapa, enamorada de ti, con la que “la están haciendo” como pareja, que te ofrece una vida cómoda a cambio de renunciar al rocanrol? La respuesta de El Humo es contundente y triste para ambos: “yo no me puedo casar… conmigo no vas a llegar a nada”.

El final es oscuro… confuso. Realidad y trip se mezclan al punto que permite dudar si el final de la película en realidad fue su comienzo.

Deveras me atrapaste se trata de una rareza. Era la época de las películas de sexicomedia (o cine “de ficheras”) y correspondió a lo que ahora se llamaría cine independiente. Lejos de ser una obra maestra o de estar incluida en una lista de las mejores películas, sí debería tratarse de una película de culto, al menos entre unos cuantos de quienes fueron jóvenes en esos años, como una experiencia medianamente vital.

Sin embargo, tal vez lo que más se recuerda de la película no es la historia o sus personajes, sino la banda sonora, a cargo de Manchuría, agrupación de rock progresivo del tipo Oxomaxoma o Iconoclasta, cuya carrera casi se agota con la propia película.

Acaso también se le recuerda porque José Agustín se da el gusto de aparecer en una escena en el papel de Borracho en la Cocina, presentándose como un ruco que recomienda ampliamente la lectura de Parménides García Saldaña a un rockero que prácticamente no sabe de qué le habla.

El consumo desinhibido de marihuana y hongos, el ejercicio libre de su sexualidad por parte de las mujeres sin condiciones machistas, el grafiti como medio de comunicación (“TIRAS PUTOS! – VIVA EL ROCK”) y no como código privado, el lenguaje coloquial juvenil, el estribillo: “lo único que quiero es rocanrolear contigo y al acabar la fiesta ir a coger contigo”, así como la exposición de una escena semiproscrita con ideales de rebeldía, constituyen elementos que entonces fueron todo un acontecimiento para una producción en México. Era algo que podía verse en la pantalla como realidad de otros países, pero no del nuestro.

Rockeros o no. Viejos o jóvenes. Véanla y deveras los atrapa.

Deveras me atrapaste (Mexico, 1983) Director: Gerardo Pardo. Guión: Gerardo y Antonio Pardo. Inspirada en un cuento de René Avilés Fabila Música original: Manchuria Actúan: Lucy Reina, Gerardo De la Peña, Tenoch Ramos, Claudio Brook, Annette Fradera, Mario Martin, José Agustín, Carlos Enrique Torres.

Popular

del mismo autor

UN BATICUENTO EN ACAPULCO: LA MUJER MURCIÉLAGO

alifica como churro, pero es de los que valen...

ESQUINA BAJAN

s 1948 y se han hecho presentes en la...

SEGUNDO INFIERNO: ESCUELA DE RATEROS

Extracto del libro Crónicas de un televidente, Producciones el...

NUEVE VILLANOS DE “EL INSPECTOR”

Las series de dibujos animados no sólo han sido...