EXPLOTABAN INCAUTOS VENDIÉNDOLES FILTROS DE AMOR Y BREBAJES RAROS; UN CONOCIDO ARTISTA DEL CANTO APARECE ENTRE LOS EMBAUCADORES
En plena era del átomo y de los viajes interplanetarios, y en una ciudad de cinco millones de habitantes como la nuestra, que se supone ha superado las charlatanerías del “mal de ojo”, hechiceras y brujerías propias del medievo, existió hasta ayer enclavada en la calle de Palma Norte número 315-113, un organismo de embaucadores que vivía a expensas de los incautos que aún creen en amuletos con poderes mágicos, imanes para retirar sufrimientos, municiones para hacer que regrese el ser querido y otra sarta de herejías.
Numerosos agentes de la Policía Judicial, comandados por su director, el licenciado Fernando Romero irrumpieron al filo del mediodía en aquella bodega de amuletos, talismanes y literatura pornográfica. En un abrir y cerrar de ojos los anaqueles fueron vaciados de baratijas que los vivales vendían a precios que fluctúan entre 10 y 125 pesos.
Como “palomitas” cayeron en las manos de la policía el dizque contador público titulado Anselmo Estrada, a cuyo nombre está el contrato de arrendamiento del despacho de Palma Norte; asimismo sus socios Roberto Regalado Salinas, que se dice cantante de radio y televisión; Rosalva Regalado Salinas y la empleada de 19 años, Carmen Ruiz. Todos fueron trasladados a la Procuraduría del Distrito y Territorios Federales por instrucciones del agente del Ministerio licenciado Luis González Escobar.
LAS CHUCHERÍAS
Con desconcertante cinismo, los timadores dieron una larga lista de sus naderías con las que comerciaban en toda la República, e incluso en el extranjero, según lo demuestran los giros en dólares que les fueron recogidos.
Cuentan con amuletos talismán, que venden en 35 pesos, y que consiste en una pequeña rueda de hierro, grabada en una de sus caras laterales, dizque para alejar la mala suerte. Municiones milagrosas para hacer volver al ser querido; llaveros con patita de conejo, preparados conforme a los secretos de la magia negra; también comercian con llaves maestras, que anuncian descaradamente, que sirven para abrir cualquier cerradura; polvos mágicos para que las mujeres caigan rendidas a los pies de los hombres; embrujamientos para los maridos, tinta para talismanes y anillos de la felicidad.
Como se advierte claramente, todos esos objetos carecen de valor; sin embargo, los embaucadores han logrado sostenerse con sus ventas durante, muchos años, hasta ayer que la policía les cayó encima.
MUJERES INCAUTAS
En los propios momentos en que la policía actuaba, llegaron al comercio de magia negra la señora Odilia Sarabia, con domicilio en la colonia Gómez Farías, quien iba en busca de un elixir para embrujar a su marido, el señor Refugio Espinosa.
Ya en otras ocasiones habían acudido allí en busca del mentado elixir; pero ayer llevó a su hermana, la señora Socorro Sarabia, quien desde hace mucho tiempo no encuentra trabajo. Pues bien, quería también adquirir un amuleto que le ayudase a resolver el problema.
Estas mujeres fueron remitidas a la Procuraduría del Distrito Federal, en calidad de testigos de cargo.
Publicada originalmente el 11 de diciembre de 1960 en Novedades.