¡SUSPENDIERON UN SEPELIO; SOSPECHAN UN CRIMEN!

Un sepelio fue suspendido ayer en el cementerio de San Isidro, en Azcapotzalco.

EL padre y los hermanos del muerto que habían llegado de Puebla para asistir a la inhumación de Gildardo Garcia Sánchez, de 31 años, pidieron que se abriera el féretro para colocar un crucifijo en las manos del difunto y descubrieron que éste sangraba por los oídos y por la boca, cosa que los hizo sospechar que se trataba de un crimen.

Marta Gómez Hernández, la viuda, explicó que su marido había muerto del corazón en una clinica del Seguro Social que está en Tlalpan. Por esa razón no advirtió la sangre en el rostro de su marido, dijo.

En un principio Marta se negaba a denunciar los hechos. Sin embargo, ante la insistencia de su suegro Raimundo García Díaz, de 59 años, aceptó que el cadáver no fuera sepultado y acudió junto con sus parientes a la delegación de Azcapotzalco a denunciar el caso.

De ello tomó conocimiento la Policía Judicial y el agente del Ministerio Público que de inmediato ordenó que el cuerpo fuera llevado al anfiteatro a fin de iniciar las averiguaciones correspondientes. Hoy, cuando se le practique la autopsia al cadáver se sabrá si se trata de un crimen o por el contrario hubo una confusión.

Publicada originalmente el 11 de junio de 1970 en Excélsior.

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