Menos de 12 horas duró la carrera que como ladrones de autos iniciaron el lunes por la noche Roberto Millán Enríquez, Rafael Espiricueto Serna, Felipe Becerra Martínez, Jesús Salazar, Jesús Fajardo Aguirre y Alberto Gazca Hidalgo.
Los incipientes ladrones, cuyas edades fluctúan entre los 17 y los 23 años, tuvieron su debut, beneficio y despedida, al robar el Ford Fairlinc 1962 placas del consulado de California numero 23, que su propietario, Antonio Toscano de la Torre, estacionó en Manuel González, frente a la Unidad Nonocalco.
El plan de los jovenzuelos era ir a pasear a Guadalajara, pero fueron detenidos por la patrulla de caminos número 236, cuando circulaban por el kilómetro 49 de la carretera México-Laredo.
En cuanto se vieron frente a un representante de la ley, los frustrados ladrones confesaron plenamente su delito, por lo que de inmediato fueron consignados a la Procuraduría del Distrito, de donde serán envidos a la Cárcel Preventiva unos, y al Tribunal Para Menores, los otros.
Salazar Cortés, quien se erigió en jefe de la banda, se encargó de abrir el automóvil, para lo cual rompió la aleta delantera izquierda del vehículo.
Publicada el 29 de junio de 1966 en El Heraldo de México.