¡SE ENJUAGÓ LA BOCA CON SOSA CÁUSTICA!

Una ¡magnífica comilona se dio el ebrio Ángel Mendoza Gutiérrez cuando llegó a su domicilio, de Rosal 11, en la colonia Pueblo Nuevo, y cuando terminó de alimentarse se enjuagó la boca… con sosa cáustica.

Una ambulancia lo presentó en el hospital de Tacubaya para que recibiera atención medica ya que el corrosivo le causó tremendas lesiones internas.

Cuando declaró Ángel dijo que siempre que toma de más acostumbra llegar a su casa y cenar copiosamente, pero nunca había incluido en su costumbre efectuar tal clase de lavados bucales.

Señaló que cuando terminó de cenar se dirigió a la cocina para tomar un vaso con agua, y como viera que sobre mesa estaba uno ya servido lo tomo y lo dirigió a su boca.

“Ay, esto no es agua!”, gritó el pobre al sentir que el líquido le quemaba la entraña. A los doloridos gritos de Ángel se levantó su madre, la señora Cecilia Gutiérrez de Mendoza, quien llamó a la ambulancia.

La mujer que se sostiene de lavar ropa y objetos ajenos, había dejado el vaso con sosa diluida en la mesa de la cocina sin pensar que su glotón hijo la habría de utilizar como antiséptica bucal.

Publicada el 23 de agosto de 1966 en El Heraldo de México.

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