Con lesiones que ponen en peligro la vida, ocasionadas al desplomarse la avioneta que tripulaba, fue presentado ayer en el hospital de. traumatología de Balbuena el joven Roberto Antonio Rivera, de 17 años de edad.
Luego de recibir la atención médica urgente que requería, Roberto declaró a las autoridades del Ministerio Público que es estudiante de aviación, en los cursos que ofrece el instructor Pedro Chang, a quien se localiza en los hangares de taxis aéreos del aeropuerto central. Respecto de sus lesiones, indicó que el pasado día once de este mes, acompañado de su instructor, abordó la avioneta propiedad de éste, matrícula XB-PUK, y se dirigieron al campo de aviación “El Capulín”, ubicado en el Estado de México.
Luego de aterrizar, su instructor le indicó que abordara nuevamente la avioneta para hacer su primer viaje solo, y se elevó más o menos sin dificultad, pero cuando el aparato se encontraba en el aire, no supo qué hacer ni cómo manejar los controles, y se precipitó en picada, causándose las lesiones que lo tienen al borde de la muerte. Cayó en el mismo campo de aviación, y de ahí fue traído por Pedro hasta su domicilio en esta capital, recomendándole que se curara, para que luego le pagara los destrozos que se había causado el aparato.
Así, han pasado los días, y ayer, dándose cuenta de que su estado no mejoraba, fue llevado por sus familiares al hospital de Balbuena. En las primeras investigaciones, se puso en claro que Pedro Chang no tiene permiso de las autoridades para trabajar como instructor de aviación, por lo que será detenido por la Policía Judicial para que responda de los delitos en que ha incurrido y de la responsabilidad que sobre él pesa, por las lesiones que sufrió el jovencito Roberto Antonio Rivera.
Nota publicada el 18 de julio de 1964 en El Nacional.