Para Kaozz (Fat Bastard), rest in power.
En 1979, una película de culto llamada The Warriors impactó al mundo representando Nueva York como una jungla infectada de bandas. Nueve años antes la verdadera historia fue mucho peor. Así comienza Rubble Kings (2015), uno de los documentales más completos y vibrantes sobre la generación de pandillas neoyorquinas de los setenta que delinearon el preámbulo del nacimiento de la cultura hip hop en el South Bronx: el infierno donde rompió la ola del pacifismo hippy.
ubble Kings fue dirigido por Shan Nicholson, cineasta, DJ y productor musical neoyorquino. El documental se preparó durante ocho años. Nicholson recabó el material en librerías públicas, artículos periodísticos, programas de televisión, fotografías de época, entrevistas con los sobrevivientes y sus familiares. Tuvo acceso a archivos personales cuando se ganó la confianza de los viejos pandilleros. Y consiguió el financiamiento mediante una campaña en Kickstarter.
El resultado es una pieza de alto calibre visual y narrativo. A finales de los sesenta el South Bronx pasó a ser uno de los sitios más peligrosos de Occidente, luego de que la construcción de la Cross Bronx Expressway (que conectaría Manhattan con Long Island) detonó la migración de judíos, irlandeses e italianos del barrio, pero confinó a negros, latinos y blancos pobres al abismo.
El crimen era el principal ingreso del Bronx. Un mundo en sí mismo en el que se preparaba el mayor baño de sangre en toda la historia del distrito.
Los sesenta habían muerto. El espíritu de amor y paz se difuminaba en la rabia de una generación de marginados que se apropiaron de la estética y códigos de los Hell´s Angels para bajarlos de la contracultura biker y estamparlos en los callejones, lejos de los campus universitarios y las vanguardias activistas.
“Pensábamos que la revolución iba a suceder. Sabíamos que era el fin del orden mundial”, dice el poeta y activista Felipe Luciano en Rubble Kings. Pero el aplastamiento de las Panteras Negras, el asesinato de Martin Luther King, Malcolm X y Kennedy, el racismo y la Guerra de Vietnam laceraron la utopía.
“¿Oyeron hablar de los problemáticos 60? Bueno, los problemáticos 60 dieron paso a los violentos 70”.
La resaca del sueño tuvo una de sus mayores consecuencias en comunidades como el South Bronx, que se debatía entre la crisis económica de la ciudad, una fallida renovación urbana, la corrupción policiaca, una epidemia de heroína y el olvido gubernamental. Una nueva generación de pandillas emergió como el último reducto de afirmación y autodefensa en un vecindario que parecía zona de guerra.
Nombres como Black Spades, The Savage Skulls, The Savage Nomads, The Seven Inmortals, The Dirty Ones y una de las más trascendentales, The Ghetto Brothers, comenzaron a lucirse en chamarras y chalecos como escudos de orgullo.
“Todo era una cuestión de poder. No tengo papá, mi mamá no va a decirme qué hacer. Tengo toda esta rabia. Voy a agarrar a estos tipos y harán lo que yo quiera”, recuerda Benjamín “Yellow Benjy” Melendez, fundador de los Ghetto Brothers.
Rubble Kings tiene como subtrama principal la historia de los Ghetto Brothers. Quienes fungieron como agentes de cambio entre los más de 10 mil pandilleros del South Bronx. De ascendencia puertorriqueña, Benjy fundó en los sesenta a los Guetto como una hermandad, con sus hermanos Robin y Víctor. Pero pronto la familia se extendió, cuando Benjy conoció a Carlos “Karate Charlie” Suarez, peleador de artes marciales, ex marino y ulterior leyenda urbana.
The Ghetto Brothers se caracterizaron por mantener un cruce entre el trabajo comunitario, como la limpia de espacios y expulsión de dílers, la politización (tenían contacto con las Panteras Negras, los Young Lords y el Partido Socialista de Puerto Rico) y la música.
El núcleo familiar era también una banda de soulfunk latino que editó un LP de culto: Power-Fuerza. Benjy y sus hermanos eran fanáticos de los The Beatles, y junto a un par más de compañeros ensayaban en una trastienda, influenciados por el sonido de Jimi Hendrix, Santana, Grand Funk Railroad, Aretha Franklin y la mística boricua.
Mientras el grupo hacía sus jams al aire libre para el barrio, fueron fichados por Salsa Records, donde grabaron en 1971 Power-Fuerza en una sola sesión. El disco es puro feeling rockero, soulero y latino.
se año la violencia llegó a una cima, principalmente por el poder territorial que propiciaba la narcosis y las armas. En diciembre, una batalla entre The Bongos, The Black Spades y The Seven Inmortals contra The Roman Kings cambiaría el panorama para siempre. Benjy envió a Cornell “Black Benji”, un negrata de 25 años, ex junkie que fungía como el embajador de paz de los Ghetto Brothers, a negociar tregua. El grupo fue acribillado. Black Benji murió y el rumor de la guerra se expandió por toda la ciudad. Las pandillas se prepararon para la sangre.
Como vicepresidente y guerrero, Karate Charlie convocó a todos los Ghetto Brothers, unos dos mil 500 solo en el South Bronx, para salir a matar.Pero la madre de Black Benji y Yellow Benjy no quería la guerra, sino la paz, algo por lo que habían trabajado durante años.
El 8 de diciembre, en el Boys Club, en el 1665 de la Hoe Avenue, los Ghetto Brothers convocaban a una cumbre histórica de pandillas para hacer un tratado de paz. Unos 40 jefes de las de peor fama expusieron sus puntos. Al final el tratado estaba firmado y la inflexión vendría de manera paulatina.
Afrika Bambaataa, quien sería uno de los DJ´s padres fundadores del hip hop, se encontraba en el Boys Club como integrante menor de Black Spades cuando se discutió el tratado. Posteriormente dejaría la pandilla y fundaría The Zulu Nation agrupando una serie de elementos que darían forma al hip hop a mediados de los setenta en el South Bronx.
Yellow Benjy murió el 28 de mayo de 2017, a los 65 años, por un infarto al miocardio. Su leyenda, junto a sus hermanos del gueto y las pandillas de Nueva York, quedará grabada en Rubble Kings para siempre.
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