A puntapiés y golpes con una botella de refresco, el mozalbete Alberto Enrique Barrios Gómez, de 20 años de edad, agredió ayer por la tarde a su sirvienta Eloísa Mojica López, de 45, porque no le gustaron unas enchiladas que le había preparado para comer.
Luego de golpear a la infeliz mujer, el “rebelde” tomó un picahielo y persiguió a la también sirvienta Silvia Juárez, hija de Eloísa, que le reclamó su reprochable conducta, al golpear por una nimiedad a su progenitora.
Silvia logró ponerse fuera del alcance del energúmeno y llegó hasta la calle, donde pidió auxilio a unos policías uniformados quienes no pudieron detener al agresor, pues se fue a refugiar a su domicilio.
Posteriormente, una ambulancia de la Cruz Roja trasladó a Eloísa al hospital, donde le apreciaron fractura de un hueso de la nariz y una impresionante cortada, milímetros abajo del ojo derecho, con peligro a que pierda el mismo.
MUY AGRESIVO EL SUJETO
Al ser interrogada la sirvienta lesionada, manifestó que desde que entró a trabajar en la casa número 96 de Nuevo León, propiedad de la señora María Luisa Barrios Gómez, viuda de Enriquez, siempre ha recibido malos tratos por parte del jovenzuelo, que se cree muy “influyente”.
Señaló también que en más de una ocasión, el pandillero ha llegado a golpear a su madre María Luisa, porque la comida no le gusta o porque no se le cumplen sus deseos, en cuanto a regalos.
Por último, añadió que Alberto Enrique es, un vago sin oficio ni beneficio y que todo el tiempo se la pisa escuchando música de mal gusto, con sus amigos.
El agente del Ministerio Público de la Cruz Roja envió el acta a la Procuraduría del Distrito, a fin de que las autoridades competentes sometan al irascible heridor.
Publicada originalmente el 10 de noviembre de 1962 en El Nacional.