¡RARÍSMO ANILLO, OBSEQUIO DEL EX REY FARUK, FUE ROBADO HÁBILMENTE!

Lo Poseía la Exótica Bailarina Conocida por Lalin Francis

En una ocasión en que bailó en El Cairo para el ex rey de Egipto y un grupo de sus amigos, le obsequió la prenda que le hurtaron de un vestidor del Waikikí

Quejándose del robo de un anillo —valuado en cinco mil pesos mexicanos— y de un gran valor estimativo, ya que le fue obsequiado por el ex Rey de Egipto Faruk, se presentó ayer en la madrugada en, la séptima delegación del Ministerio Público la “exótica” cubana Elena Estaco Monteón, conocida en las variedades de cabarets por el apodo de “Lalin Francis”, afirmando que el robo ocurrió cuando ella bailaba en el centro de vicio del Paseo de la Reforma “Waikikí”.

En efecto, ayer a las cinto de la mañana, llegó la rubia “exótica” a la delegación, provocando que los empleado se levantaran de las mesas donde descansaban para atenderla. Dijo la mujer que deseaba redactar una acta de querella en contra de quien resulte responsable del robo de un anillo que para ella tiene valor incalculable, en su aspecto estimativo. La quejosa que es originaria de La Habana, Cuba, de 26 años de edad, nacionalizada mexicana y con domicilio en la avenida Fernando Casas Alemán número 385, Colonia Narvarte, explicó a las autoridades de guardia en la delegación, que debido a su carrera artística ha recorrido casi todo el mundo.

Al encontrarse bailando en un cabaret de El Cairo, Egipto, supo que este sitio era propiedad del ex Rey Faruk, quien una noche la invitó para que bailara para él y un grupo de amigos. Aceptó y después de la entrevista y del baile, recibió de manos del ex monarca un anillo “rarísimo y que no hay otro igual en el mundo entero”.

Este anillo, dice la quejosa, es de época muy remota, de oro macizo de 21 kilates y de forma caprichosa. La joya vista desde arriba, tiene una forma de escuadra y engarzada por cuatro patas del áureo metal, dos monedas egipcias y vista del lado el anillo es una especie de triángulo.

—Tal alhaja, dice la quejosa, tiene valor incalculable para mí, ya que su valor real es de cinco mil pesos. Precisamente por el enorme valor estimativo que dicha alhaja tiene para la quejosa, es que ésta la usaba muy de vez en cuando. Antier, por ser la última noche que trabajaba en el antro de vicio “Waikikí”, resolvió ponerse el anillo en su dedo anular, pero antes de salir de su camerino para “bailar” ante los espectadores, lo guardó dentro de su bolso de mano, quedando la puerta del camerino abierta, pues carece de seguro alguno. Terminando su acto, volvió al camerino acompañada de un joven que le solicitaba le diera un retrato autografiado de ella.

El joven solicitante se quedó, dice la quejosa, en la puerta mientras ella penetraba al camerino para sacar de su bolso el retrato y el anillo, dándose cuenta de que ésta había desaparecido, por lo que llamó a su secretario que es el que manipula los reflectores cuando ella está en la pista de baile, y como éste no supiera decirle quiénes habían penetrado a su cuarto de vestir, hizo saber al propietario del establecimiento, Mocelo, lo ocurrido, pero éste se cruzó de brazos y dijo no saber nada sobre el citado robo.

En vista de ello decidió, formular su querella en la séptima delegación, a efecto de que sean agentes de la Policía Judicial del Distrito quienes se encarguen de practicar las investigaciones del caso.

Nota publicada el 2 de agosto de 1953 en El Universal.

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