Cinco minutos de reconfortante siesta dieron motivo a que Tomás Santiago Salinas perdiera sus plumas fuente y dinero en efectivo, por lo que presentó una acusación en contra de la mesera del céntrico Café Paris, donde se registraron los hechos.
Ante las autoridades del Ministerio Público de la cuarta delegación, se presentó ayer Tomás Santiago Salinas, contador público, quien afirmó que acostumbra tomar a diario su café en el París, ubicado en las calles de 5 de Mayo, de esta ciudad capital. El pasado domingo, como a las 16 horas, llegó a satisfacer su cotidiana costumbre, pero luego de ingerir la infusión sintió un profundo sueño que le hace sospechar que el café tuviera algún hipnótico y al despertar se dio cuenta de que había sido despojado de sus plumas fuente y del dinero en efectivo que llevaba en los bolsillos.
Al despertar y notar el despojo, disgustado como es natural, pidió que la mesera del café, a quien sólo conoce por su nombre de Alicia, le devolviera sus objetos y dinero, toda vez que era la única persona que se encontraba en, el establecimiento. Alicia negó todo lo relativo al robo, pero sus explicaciones no fueron aceptadas por Tomás, quien puso los hechos en conocimiento de las autoridades, para que se haga la averiguación correspondiente y se proceda en contra de Alicia, si resulta responsable.
El acta pasó a la dirección de Averiguaciones Previas de la Procuraduría de Justicia del Distrito, para que ésta se encargue de citar a Alicia y tomarle la declaración correspondiente.
Nota publicada el 16 de julio de 1964 en El Nacional.