Ahora resulta que Gregorio Hernández Cárdenas, el estrangulador de mujeres, preso desde hace 28 años, no se encuentra a disposición de ninguna autoridad.
Al descubrir, esa anomalía, el defensor de Cárdenas, licenciado Salvador Salmerón, se apresuró a interponer una nueva demanda de amparo ante el juzgado segundo de distrito en materia penal porque, afirma en el escrito, una reclusión en tales circunstancias se traduce en, privación ilegal de la libertad.
Se pide al juez que “Goyito” sea puesto en inmediata libertad toda vez que niegan tenerla a su disposición el juez decimocuarto de la quinta corte penal, el jefe del Departamento de Prevención Social, dependiente de la Secretaría de Gobernación, el director de la cárcel preventiva y el director de los Servicios Médicos de la misma.
Además se precisa en el amparo que de acuerdo con el último peritaje médico siquiátrico, Cárdenas se encuentra ya en completo uso sus facultades mentales y apto para reintegrarse al seno de la sociedad.
Publicada el junio de 1970 en Excélsior.