Pedro Celis Rubalcava estuvo a punto de convertirse en autoviudo por mero accidente, cuando la pistola que limpiaba se disparó y fue a lesionar a su esposa Gloria García de Celis.
El accidente ocurrió anteayer por la noche, cuando Gloria alimentaba a la peueña hija del matrimonio. Los dos conyuges se encontraban recostados en la cama y, mientras Gloria cumplía con sus deberes maternos, Pedro limpiaba el arma calibre 38.
El arma de disparó, y el plomo corrió por el aire para ir a incrustarse en la pierna de Gloria, que espantada, estuvo a punto e tirar al suelo a la pequeña.
Posteriormente el propio Pedro condujo a su esposa al hospital de La Villa, en donde la mujer quedó encarnada para atención, en tanto que el presunto responsable fue conducido a la Judicial del Distrito para ser sujeto a la investigación correspondiente por el delito de lesiones.
Publicada el 29 de agosto de 1966 en El Heraldo de México.
