¡PESADA BROMA, POR POCO CUESTA UNA VIDA HUMANA!

Una ¡pesada broma que Joaquín Hualito Rangel gastó a su compañero de trabajo, Sebastián Gómez Pérez, de 18 años, motivó que se provocara graves quemaduras en todo el cuerpo.

Esto aconteció ayer en la mañana, en la fábrica de tijeras donde ambos laboran. Gómez Pérez se lavaba las manos con gasolvente y entonces Hualito Rangel se acercó por la espalda y le prendió un cerillo, que le inflamó las manos y las ropas.

En un momento se convirtió una tea humana; y gracias a que varios trabajadores acudieron a socorrerlo, se salvó de perecer quemado. Le arrojaron baldes de agua, pero no consiguieron sofocar las llamas. Fue necesario que lo taparan con una frazada y le echaron tierra para apagar el fuego.

Gravemente quemado fue llevado a bordo de un automóvil al hospital de la Cruz Roja, en donde se le practicaron las primeras curaciones y posteriormente se le condujo al sanatorio 4 del Seguro Social, bajo responsiva médica.

El presunto responsable del accidente logró huir aprovechando la confusión que provocó el fuego.

Varias personas manifestaron que Rangel, de 19 años de edad, ha cometido otras fechorías y nunca ha tenido contratiempos, debido a que goza de simpatías con diversas autoridades.

Publicada originalmente el 14 de noviembre de 1952 en Excélsior.

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