Una antigua y pésima costumbre, la de comer dentro de los cementerios en los días de difuntos, será evitada en esta ocasión por autoridades del Departamento del Distrito Federal.
En efecto, esta dependencia anunció ayer que brigadas de la Oficialía de panteones recorrerán constantemente las necrópolis capitalinas para evitar estas escenas un tanto folklóricas.
Se indicó que muy probablemente se sitúen inspectores a las puertas de los panteones, para evitar que la gente entre con canastas de comida, “catrinas” de pulque y guitarras, pues hasta fiesta organizan quienes debían de guardar respeto a los muertos.
Otras cuadrillas se dedicarán exclusivamente a limpiar constantemente los camposantos oficiales.
Asimismo, la Dirección de Tránsito ha dictado las disposiciones convenientes para que las visitas a los cementerios, desde hoy hasta el lunes próximo, no haya congestionamientos de vehículos.
Como los capitalinos acuden por millares a los panteones, ya sea para comer sobre las tumbas de sus antepasados, o para rendirles homenaje simplemente, se destacaron muchos agentes de tránsito y policíacos para que todo transcurra sin novedad.
Publicado originalmente el 1 de noviembre de 1952 en Excélsior.