Por CARLOS FLORES, Corresponsal de LA PRENSA
TLALNEPANTLA. Mex. 4 de septiembre- Una espantosa explosión ocurrió en un taller pirotécnico clandestino en donde se encontraban almacenados más de 70 kilos de pólvora, serpentinas y silbatos que volaron por los aires junto con una joven que murió horriblemente, quedando solo fragmentos de su cuerpo.
En Tultepec, escenario de la tragedia, el señor Tomás Miranda, de 64 años de edad, se dedicaba a la fabricación de cohetes y en esta ocasión se encontraba en plena actividad para vender sus productos en las próximas fiestas patrias.
Su hija Antonia Miranda García, de 25 años de edad, le llevó la comida al taller. La joven fue a una pieza contigua por unos cohetes por orden de su padre y en ese momento, probablemente al caer alguna pieza estallaron, produciéndose la explosión en la cual fue levantada la joven que como ya se dijo murió horriblemente calcinada y su cuerpo despedazado.
El señor Miranda, dueño del taller, como se encontraba lejos en otra pieza, resultó ileso y sólo fue testigo de la trágica muerte de su hija. En Tultepec abundan los talleres donde se han registrado numerosas tragedias, sin que se haga nada por impedir que signa existiendo.
Publicada el 5 de septiembre de 1971 en La Prensa.
