¡LOGRARON LA DETENCIÓN DEL ALBAÑIL QUE MATÓ A SU HIJO POR FEO!

En el Servicio Secreto quedó detenido el albañil Brígido Martínez Hernández, quien anteayer diera muerte a su hijo de 25 días de nacido. Pablo Martínez García, solamente porque estaba muy feo y muy prieto.

El detenido quien mató a vástago por los defectos que él mismo adolece, al ser detenido por los agentes secretos aceptó su culpabiliad y el motivo que le había inducido a sacrificar al pequeño en forma por demás bestial.
Sin embargo, posteriormente dijo no recordar nada de los hechos ya que se encontraba demasiado ebrio cuando ocurrió el crimen.

Brígido fue capturado en el panteón de Atzacoalco cuando arreglaba la documentación para dar sepultura al pequeño.

La investigación del caso se inició al recibirse una llamada en el Servicio Secreto. por lo que los agentes se presentaron en el domicilio del sujeto y entrevistaron a su esposa, Paula García Castillo.

La mujer, en el límite de la desesperación contó a los investigadores la forma en que Brígido había dado muerte al pequeño: “Llegó borracho y cuando no le hice caso y seguí durmiendo, cogió al niño y lo acostó en la orilla de la cama. Luego se sentó encima de él.

“Yo lo quise quitar, pero no pude con él. ¡Mi pobre niño no mas se quejó un ratito y luego se calló! Entonces comencé a gritar para que me dieran auxilio y unas vecinas me ayudaron. Cuando quitamos a Brígido ya estaba
muerto el nene… ¡Ya estaba muerto mi nene…!”

Paula continuó su relato: “Desde que nació el niño, que tuvo otro gemelo al que le pusimos Pedro, mi marido me decía que estaba muy feo y muy prieto. ¡Pos cómo no iba a estar, si así es el y yo también! Decía que no lo quería, que mejor se muriera, pero yo creía que todo eso lo decía no mas por decir…

“Luego hizo lo que había prometido. Lo mato. ¡Lo mato, señores! ¡Llego y se sentó encima de mi pobrecito nino..!”

El cadáver del pequeno Pablo fue conducido al Servicio Médico Forense donde se le apreciaron los signos de muerte por asfixia, así como contusión torácica causada por la presión del cuerpo del presunto homicida, quien habrá de ser puesto bajo la custodia de los muros de Lecumberri durante el proceso que se le seguirá por el delito de homicidio calificado (filicidio).

Publicada el 28 de julio de 1966 en El Heraldo de México.

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