¡GUAPA NORTEAMERICANA SE ARROJÓ DESDE EL CUARTO PISO DEL HOTEL RITZ!

Llegó, vistió ´negligee´y se echó por la ventana

Una morena y esbelta norteamericana, Joan Woodward Quiatt, se colocó ropas intimas sugestivas antes de arrojarse desde el cuarto piso del Hotel Ritz.

La suicida dió una pirueta en el aire y cayó de pies en la banqueta norte de las hoy desiertas calles de Madero.

La Woodward Quiatt no dejó recado en el que explicara su determinación, pero la policía supone que fué víctima de una decepción amorosa o familiar.

La norteamericana de unos 30 años de edad ya había recorrido varios lugares de nuestro país, principalmente del Sureste, pero se ignora si viajaba sola o acompañada.

Joan Woodward, originaria de Santa Fe, California, sufrió impresionantes lesiones, pero no murió enseguida. Las piernas le quedaron destrozadas y sufrió una gran herida en la cabeza.

El personal de una ambulancia de la Cruz Verde se apresuró a recoger a la infortunada mujer de cabello negros y la condujo al Hospital de Traumatología de Balbuena. Bien poco pudieron hacer los médicos por ella. Pronto se produjo el deceso.

La norteamericana llegó al Hotel Ritz a las 9.29 horas de la mañana de ayer. Luego de que proporcionó sus datos personales se le asignó el cuarto 301. Un bellboy acompañó a la turista llevando las dos maletas que portaba.

El recepcionista del hotel hizo saber que veinticinco minutos después de que se alojó la estadounidense se escuchó un terrible grito que precedió a un golpazo en la banqueta.

Empleados del mismo hotel y algunos curiosos corrieron hacia el lugar donde se debatía la extranjera. Esta yacía, bañada en sangre, sobre la banqueta.

Quienes vieron a la lesionada afirman que se había puesto un “negligee” antes de arrojarse al vacío.

De un teléfono del mismo hotel fué pedido urgente auxilio a la Cruz Verde. Minutos después apareció la ambulancia que sirvió para trasladar a la joven suicida.

Apenas se había dado aviso del suceso a las autoridades de la Cuarta Delegación, cuando del hospital de Balbuena surgió el informe de que ya nada podía hacer por la esbelta morena.

El agente del ministerio público adscrito a la citada delegación procedió a recoger las maletas de la ahora extinta e interrogó al personal del hotel.

Por su parte, agentes de la Policía Judicial comprobaron que la norteamericana se había cambiado de ropas antes de su acto suicida.

La policía informó que las maletas sólo contenían ropas y documentos personales de la mujer que escapó por la puerta falsa. Fué hallada una licencia de manejar expedida por las autoridades de Tucson, Arizona, a nombre de la Woodward. En otro documento se leyó que era originaria de California.

Un funcionario de la Embajada de Estados Unidos de Norteamerica en México se encargó de hacer todos los trámites para reclamar el cadáver y enviarlo al vecino país del Norte.

Publicada originalmente el 16 de abril de 1965 en La Prensa.

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