Las autoridades policíacas de la Undécima Delegación del Ministerio Público, consignaron a la Procuraduría General de la Nación, a un individuo llamado Rafael Escobar, habiendo recogido en una casa sin número de la Colonia Garza una enorme cantidad de mariguana.
El descubrimiento lo hizo un policía que siguió a un vicioso y vió cuando le vendían una docena de cigarrillos de ese enervante. El detenido confesó que era agente para la venta del estupefaciente de la señora Rosa Lima, quien ya ha estado detenida en anteriores ocasiones por dedicarse al tráfico de esa yerba.
Publicada originalmente el 30 de octubre de 1942 en El Universal.