La enfermera que la cuidaba, además de hacendosa resultó lista, y se llevó 78 acciones con valor de mil pesos cada una que la enferma, María Hernández viuda de Legorreta, guardaba en una cómoda con llave.
Ante el agente del Ministerio Público de la undécima delegación, se presentó la señora María Hernández quien declaró que en el mes de mayo último, cuando se encontraba muy mala, contrató a una enfermera de nombre María del Carmen “N” quien tras varios días de cuidarla con esmero, desapareció sin dejar rastro.
Varios días después, buscando en la cómoda en la que guardaba sus acciones desde 18 años, se dio cuenta que había desaparecido, considerando que había sido la enfermera quien se había apoderado de ellas.
Para corroborar su declaración, la señora María Hernández viuda de Legorreta, presentó a Alfredo Rendón Delgado, contador de profesión, quien certifica que la señora de 78 años, tenía en su poder 80 acciones de la casa editorial Grijalbo S.A.
Sin embargo el contador, que labora en la mima empresa editorial, señaló que no puede certificar si la demandante las transfirió a una tercera persona.
Por su parte, la acusadora señala que cree que la enfermera trabaja en el Hospital Francés, en esta ciudad.
Publicada el 18 de agosto de 1966 en El Heraldo de México.