Después de que su automóvil fue abierto y desvalijado cuatro veces en cinco días y de el sustrajeron objetos por valor de más de 14 mil pesos, Georgina Llanos Bustillos de Luna no soportó más y denunció los hechos ante el agente del Ministerio Público de la octava delegación.
El carro de Georgina fue abierto presumiblemente por los mismos ladrones, los días 13, 14 y 16 pasados, cuando fue estacionado frente al número 62 de las calles de Londres, y por rateros diferentes.
Del vehículo, Ford 64 placas del Estado de México GE 525, los ladrones sustrajeron el primer día tres abrigos para mujer con aplicaciones de mink, tres vestidos finos para dama, prendas íntimas, un reloj de mujer y cosméticos; sólo los cosméticos valían 500 pesos. En conjunto, lo robado ascendió a 10 mil pesos.
Este hurto, para cuya comisión los ladrones abrieron la portezuela izquierda del auto, no fue denunciado. Al día siguiente, 14 de mayo, Georgina volvió a ir a la misma casa (Londres 6 2), dejó su auto estacionado frente a ella y cuando salió notó que la cajuela posterior estaba abierta. Había desaparecido un par de zapatos con valor de 100 pesos.
No denunció el robo ni escarmentó, pues si bien el domingo 15 no fue al sitio en que ya la habían robado, el lunes a primera hora estacionó su auto en el mismo lugar. Lógicamente, cuando salió, encontró abierta la cajuela, de la que habían desaparecido dos radios de transistores y un asador de carnes nuevecito, todo con valor de dos mil pesos.
Ya cansada de soportar robos, el 17 dejó el vehículo frente al cine Estadio, ya que consideró que en el sitio había mucha vigilancia, y entró a dormir a su domicilio de Coahuila 79-33, colonia Roma.
Triste fue su despertar, pues al revisar su carro se dio cuenta que la aleta izquierda había sido rota y los ladrones se habían llevado el radio, cuatro tapones de lujo, un par de guantes de mujer, dos pares de anteojos y un encendedor de los tres que tiene el vehículo.
Publicada el 19 de mayo de 1966 en El Heraldo de México,
