ecuerdo perfecto el último juego de la primera fase del mundial de Francia 98. La emoción y expectativa eran enormes después de haberle sacado ese sufrido empate a Bélgica en los últimos minutos con esa pirueta de Cuauhtémoc Blanco. México llegaba al último juego con 4 puntos, producto de la victoria sobre Corea del Sur y del empate contra Bélgica, y necesitábamos al menos empatar con Holanda para calificar; o bien, que Bélgica no ganara y calificar aún perdiendo.
Al igual que todo el país, pasé los últimos minutos viendo la transmisión del juego de Bélgica que empataba 1-1 con Corea, esperando que no cayera un gol belga, y me perdí el agónico gol de Luis Hernández con el que empatamos 2-2 y logramos la calificación.
Sí. Sufrí mucho este miércoles siguiendo por internet la transmisión del juego de Alemania y –otra vez- Corea en lugar de ver el juego que México perdió estrepitosamente con Suecia. Me enojé y me dio coraje tener que depender del resultado de otro juego cuando teníamos todo para quedar con 9 puntos y calificarnos de primero de grupo.
Pero justo en ese momento, vi en la televisión la entrevista que le hacían a Memo Ochoa al término del juego. Contundente, aceptó el pésimo juego del equipo y los errores de planteamiento, así como el bajo desempeño individual, pero también dijo algo que de inmediato me hizo ver las cosas diferente: “No calificamos porque Corea le ganó a Alemania, calificamos porque ganamos los dos juegos anteriores”.
Por supuesto Memo, tienes toda la razón. Yo y muchos otros optimistas directores técnicos de sillón, le dábamos a México la calificación en esta etapa con los mismos 6 puntos, solo que imaginamos la victoria sobre Suecia en lugar de contra Alemania. Hubo incluso muchas voces que aseguraron que no pasaríamos de la primera ronda, en este que fue considerado el grupo de la muerte desde el día del sorteo.
En Twitter más adelante alguien comentó que se trataba de narrativas: ¿qué hubiera pasado si primero perdemos con Suecia, después le ganamos a Corea y acabamos con un triunfo contra Alemania? Entonces el país entero estaría rendido a los pies de Osorio y de los jugadores.
Así son los torneos cortos con etapa previa a 3 juegos. Hay mucha tensión y desgaste en pocos días y un mal juego te puede costar la eliminación, pero nuestro equipo hizo un juego espectacular y otro bueno, lo que le bastó para calificar a pesar de la desgracia de este miércoles.
En Argentina, el diario Olé regaló posters conmemorativos de la calificación de su equipo, que se logró al final del juego contra Nigeria y después de un pésimo desempeño en los demás juegos. En España, sin dejar de señalar la fragilidad defensiva de su equipo, se reconoce que se ha cumplido con la primer escala de calificar a octavos de final. El local Rusia festeja su pase a segunda ronda, a pesar de haber perdido el último juego contra Uruguay. Vaya, Japón selló su pase aún perdiendo y durante los últimos 10 minutos de juego ni siquiera intentaron cruzar el balón de mediocampo (una escena que solo recuerdo haber visto en un Santos vs Morelia en los noventas, donde uno se salvaba del descenso y el otro calificaba a liguilla con el empate).
Pero en México nos lanzamos salvajes al cuello de los jugadores y los tachamos de mediocres. Los llenamos de insultos y abandonamos el barco al que todos se subieron después del triunfo contra Alemania. Somos, junto con Brasil, el único equipo que ha logrado calificar a segunda ronda en las últimas 7 copas, ¡tenemos 24 años dentro de los mejores 16 equipos del mundo!
Venga, apoyemos al equipo y reconozcamos los resultados que los tienen en la siguiente fase. Entiendo que no podemos dejar de ser críticos, el equipo dio uno de los peores juegos de todo el proceso de Osorio, pero también es cierto que difícilmente podrá jugar igual de mal contra cualquier otro rival. Si había que perder un juego en este mundial, qué bueno que fue el del miércoles. Sigo creyendo que este equipo puede ganarle a Brasil y meterse a cuartos de final.
Como dijo Rafa Márquez en su cuenta de Twitter, este es sólo el primer objetivo cumplido.