He aquí otra de las causas de por que a la “Zona Rosa”… ahora la llaman “Sonaja”. Doña Ludmila Finke Dynes explica: “Celebré contrato de arrendamiento del departamento 603 del edición que está en Hamburgo 316” y el propietario la cobró una renta adelantada de 2,500 pesos y otra más como “depósito”.
Cerrado el trato. días después, doña Ludmila hizo un viaje a Cuernavaca y al regresar se sorprendió “al ver que las cerraduras de las puertas habían sido cambiadas”. Habló con su casero, don Renato Palacios y “en forma majadera me dijo que ya no me quería como inquilina y por tanto me rescindía el contrato”.
Como doña Ludmila cree que hubo violaciones al contrato y además dentro del departamento había objetos y dinero por valor de más de 3,500 pesos… el asunto ya empezó a hacer ruido.
Publicada el 9 de agosto de 1970 en Excélsior.