Causó estupor el día de ayer en los juzgados de Distrito Penales, la consignación del empleado postal Francisco Castro Loyo, quien confesó haber sustraído de la administración de correos número 48 algo más de mil pesos para invertirlos en juguetes y satisfacer los deseos de sus hermanitos en este día. Castro Loyo, antes de cometer el delito, escribió una extensa carta a su jefe inmediato, dándole a conocer que el único culpable del robo había sido él, debido que se vio en la necesidad de poseer dinero inmediatamente. Loyo agrega en la carta que debido a los ínfimos sueldos que tienen como empleados postales y las constantes negativas que ha recibido por parte del sindicato , “en el que hay una bola de ladrones” -según escribe textualmente- que no le prestan un solo centavo, se vio en la necesidad de robar la caja fuerte de la administración cuando habían salido todos los empleados de la oficina y se dedicó a buscar la combinación de la caja fuerte, que sabía estaba escrita en una tarjeta. Cuando dio con ella puso manos a la obra, durando más de media hora en abrirla.
Con el dinero obtenido que suma más de mil pesos, estuvo en la feria del juguete establecida en la avenida Ejido, escogiendo varios obsequios para ponerlos el día de ayer en los zapatos de sus hermanitos. Sin embargo, su proyecto no lo pudo llevar al cabo y los inspectores del correo lo aprehendieron el miércoles pasado, consignándolo el día de ayer al juzgado primero penal de Distrito, que le instruirá el proceso respectivo.
Nota publicada en Novedades el 6 de enero de 1951.
