Margarito Ramírez Ávila permaneció tirado en el suelo por espacio de cinco horas ante la desesperación de su esposa Lidia Luna Rodríguez, quien veía que la vida se le escapaba del cuerpo de su esposo sin que ninguna ambulancia se presentara a recogerlo.
Cuando finalmente el llamado de la desesperación de la mujer fue atendido, Margarito fue conducido al Hospital de Traumatología de La Villa, en donde quedó encamado para recibir atención en una herida de arma de fuego que le traspasó el vientre.
Según las declaraciones del lesionado y su esposa, que tienen su domicilio en Chilpa 4, de Mixcoac, habían salido temprano ayer a visitar a la madre de Margarito, que tiene su domicilio por la colonia Río Blanco.
Cuando caminaban por la calle de Norte 64, se percataron de que cuatro individuos peleaban. Uno de ellos sacó una pistola y disparó, pero el proyectil salió con dirección al vientre de Margarito.
Al verlo caer, su esposa Lidia corrió a un teléfono público y pidió el auxilio de las cruces. Pero ninguna ambulancia se presentó en el lapso de cinco horas, en tanto que el hombre se desangraba.
El estado de Margarito es crítico. La pérdida de sangra y la gravedad de la lesión que le causó varias perforaciones en los intestinos, dejaban entrever leves esperanzas de salvarlo.
Publicada el 24 de mayo de 1966 en El Heraldo de México.
